Yo estuve enamorado de una chica llamada Paula durante mucho
tiempo y cuando le conté lo que sentía por ella, esta me dijo que tenía novio.
Pero yo no me daba por vencido. Siempre la buscaba y estaba con ella, pero me
partía el corazón saber que ella amaba a otro chico y todas las noches maldecía
a la vida y andaba en un estado deplorable.
Un día yo estaba en el computador, en la red social Facebook
y recibí una solicitud de amistad de una chica llamada Sophia. Yo la acepté,
empezamos a hablar y me di cuenta que ambos teníamos muchas cosas en común.
Desde ese momento empezó el 8 de septiembre de 2011 mi historia de amor con
Sophia.
Pero había una situación y era que Sophia vivía en Bogotá y
yo en Barranquilla. Empezamos a chatear y hablar por teléfono todos los días,
pero sus padres estaban separados y ella estaba con su padre en Bogotá. Él era
muy estricto y la amenaza que la iba a mandar a estudiar a España y nos
separaría, y así fue.
Nos separaron y casualmente nos habíamos confesado que nos
amábamos. Ahora ella está en España y yo aquí en Colombia muriendo por que ella
no está. Ahora sólo quiero despertar de esta pesadilla. No sé qué voy a hacer
sin ella, me siento vacío y muerto por dentro. Lo único que podría calmar esta
tormenta en mi corazón es volver a sentir su hermosa voz y decirle “Sabes que
te amo”.
Ahora que lo pienso me doy cuenta que lo último que alcance
a decirle era que la amaba mucho, pero esas palabras no representan nada ahora,
porque estamos muy lejos el uno del otro y si yo me siento mal por esto, solo
me imagino lo que debe sentir ella en un lugar al que no conoce a nadie más que
su abuela (que por cierto odia a Sophia, porque, según ésta, ella es el motivo
que sus padres se hayan separado). Es terrible estar en su posición.
En un momento como este solo puedo escribirte una carta. Lo
más probable es que no la leas nunca, pero siento que estas palabras me ayudan
a aliviar mi alma.
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